LA PINTURA DE ROTHKO: estética y religión

Una obra expuesta en el Smart Museum de la Universidad de Chica¬go nos da ocasión para situar debidamente los elementos de nuestro análisis. El formato habitual de los cuadros de Rothko, excepto en los grandes murales de la década de los años 1960, es el rectángulo vertical. En este caso se hallan inscritos en él dos rectángulos horizontales que dividen el cuadro en dos mitades principales. El superior es mayor que el inferior. A diferencia de otras pinturas, en donde las secciones se superponen en parte, sin definir muy bien los propios límites, aquí cada uno de ellos muestra una cierta autonomía definida por las dos secciones o áreas de color. Y sin embargo, aun cuando éstas quedan delimitadas por el color, es éste el que tiende a difuminar los límites de los rectángulos con respecto al fondo sobre el que se hallan suspendidos. A primera vista, los elemen¬tos puramente formales de estos rectángulos horizontales podrían ser leídos, frente al elemento cromático, como figuras individuales que dieran expresión a una cierta dimensión subjetiva. En nuestro caso, sin embargo, me parece difícil aislar la figura del color que la configura, dada la inter¬vención del color en la figuración o materialización de los contenidos y representaciones. Continuar leyendo…

SAINT-EXUPÉRY: el misterio del padre de “El principito”

http://www.lavanguardia.com/hemeroteca/20140731/54410839793/antoine-saint-exupery-el-principito-escritores-pilotos-ii-guerra-mundial-aviadores-desaparecidos.html

El avión de Saint-Exupéry, autor del mítico “El principito”, cae al Mediterráneo durante un vuelo de reconocimiento. El misterio se cierne sobre esta desaparición, un enigma sin resolver de la II Guerra Mundial: suicidio, accidente o combate aéreo.

HABITACIONES SEPARADAS, VEINTE AÑOS DESPUÉS.- José Mármol

Como es normal en el ámbito de la creación estética, se podría o no estar de acuerdo con su teoría y su práctica poética o narrativa.
Pero, a nadie con buen juicio se le ocurriría regatear la calidad literaria de su dilatada y diversa obra ni el peso específico de su solidaria, estimuladora y fructífera presencia en el ámbito cultural, académico e intelectual de Iberoamérica.
Me refiero así, escuetamente, al poeta, ensayista y novelista de España y del mundo, Luis García Montero (Granada, 1958).
Este año se cumplen veinte de la publicación del poemario “Habitaciones separadas”, en la Colección Visor de Poesía, con el cual, el entonces joven poeta granadino obtuvo, primero, el Premio Internacional de Poesía Fundación Loewe, en su sexta edición, en 1993; y segundo, el Premio Nacional de Poesía de 1994.
En esa ocasión, Octavio Paz afirmó sobre este libro y su autor: “La poesía de Luis García Montero indica una de las tendencias más valiosas de la lírica española contemporánea, esa línea que se llama ‘poesía de la experiencia’. Continuar leyendo…